Para entender estos tres conceptos, pensemos en un compresor de aire con un manómetro que mide la presión del aire comprimido.
VERIFICAR
COMPROBAR
Verificar es como hacer una revisión rápida para asegurarte de que el manómetro del compresor está funcionando correctamente.
Ejemplo: Quieres inflar una llanta, pero notas algo extraño: el manómetro indica una presión alta, pero la llanta sigue desinflada. Algo no cuadra.
Acción: Comparas la presión mostrada en el manómetro con la presión esperada observando el funcionamiento del compresor y el estado del neumático.
Objetivo: Comprobar si el manómetro parece estar funcionando correctamente.


CALIBRAR
COMPARAR Y REGISTRAR
Calibrar es un proceso más detallado en el que verificas cuán precisas son las mediciones del manómetro.
Ejemplo: Utilizas un manómetro de referencia certificado que mide con precisión. Conectas ambos manómetros al compresor y aumentas la presión en distintos niveles (por ejemplo, 20, 40, 60 psi).
Acción: En cada nivel de presión, comparas las lecturas de ambos manómetros y anotas las diferencias.
Objetivo: Evaluar la precisión del manómetro en distintos puntos y documentar cualquier desviación.
AJUSTAR
CORREGIR
Ajustar implica modificar el manómetro para corregir cualquier error detectado durante la calibración
Ejemplo: Descubres que tu manómetro siempre marca 10 psi más de lo real.
Acción: Realizas ajustes mecánicos o electrónicos en el manómetro para corregir el error y hacer que sus lecturas coincidan con las del manómetro de referencia.
Objetivo: Asegurar que el manómetro muestre mediciones precisas.